miércoles, 27 de enero de 2010

Reportaje: Una defensa histórica

La tradición espiritual del Zen llegó a Japón a principios del siglo XX. La técnica del silencio hizo que el kárate se convirtiera en el arte más practicado en el país asiático.


El Karate nace en Okinawa (Japón), al incorporarse el espíritu del Zen a las técnicas de lucha que llegaron desde China. El objeto de esta práctica es diferente al de otras artes marciales: Mientras que en la mayoría de ellas, lo que se pretende es derrotar al mayor número de enemigos posible, el kárate busca, ante todo, el dominio de las técnicas de autodefensa. Aunque este arte marcial nación en China hacia el 3000 a.C, desde el siglo VI de nuestra era las técnicas chinas se practican en Okinawa junto a técnicas locales.

En sus comienzos, el kárate fue denominado como "Te", cuya traducción es “mano”, sin embargo, a finales del siglo XIX su práctica se incorporó como parte de los programas de educación física en las escuelas de Okinawa, y debido a su popularidad creciente dentro del Japón, se le renombró como "kárate", que significa “mano vacía”.

El kárate se caracteriza por el empleo de golpes de puño y patadas, aunque no es exclusivo de su repertorio. Es un arte marcial en el que se coordina la fuerza, la respiración, el equilibrio y la postura, al igual que el correcto giro de cadera y movimiento de extremidades.

Detalles

Los que practican este arte marcial se llaman karatekas. Para ser un buen karateka hay que llevar dos cosas: la vestimenta y los cinturones.
El uniforme de práctica empleado en el kárate es el karategi, compuesto por una chaqueta, pantalones y un cinturón o faja. Actualmente, existen dos tipos de karategui: el de kumite, que es más ligero, y el de kata, más grueso y pesado.

Tanto el kata como el kumite son dos tipos de formas de defensa dentro del kárate. La primera, que significa “forma”, es una sucesión de técnicas determinadas que se ejecutan al aire contra adversarios imaginarios; la segunda, cuya traducción es “combate”, es la aplicación práctica de las técnicas a un enfrentamiento contra un oponente real.

Por su parte, los cinturones suelen ser siete, divididos en colores empezando por el blanco para los principiantes. Con el aprendizaje de las técnicas se va subiendo de nivel y va cambiando el color del cinturón. Al blanco le siguen, por orden de menor a mayor, el amarillo, el naranja, el verde, el azul, el marrón y finalmente el negro. Una vez se es cinturón negro, se sigue aumentando progresivamente en grados, llamados danes. Un cinturón negro puede llegar hasta el décimo dan.

No obstante, los cinturones de colores también pueden variar según las escuelas, ya que en algunas existe también el cinturón morado, alterándose el orden de los colores, o quitándose alguno de los colores antes nombrados.

Además, para los karatekas más jóvenes, puede existir otro cinturón que es la mezcla entre el cinturón anterior y el que le sigue. Las mezclas más comunes son: blanco-amarillo, amarillo-naranja, naranja-verde, verde-azul y azul-marrón. Después de este último se pasa al marrón y luego, directamente al negro.

Tradicionalmente sólo existían dos cinturones, el blanco para el alumno y el negro para el maestro.




Fuentes: http://www.wikipedia.com/; http://www.gorinkai.com/shorei/historia.htm


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